sábado, 8 de diciembre de 2012

Paz al "Verdugo" y larga vida a la Farándula



Siempre hay una excepción a la regla y como no podía ser de otra manera, “El Vedugo”  sería una de ellas. Pues este viernes 07 de diciembre, alrededor del medio día, ya no pudo jugarle chueco a la “calaca”. Su quinto infarto, finalmente, acabó con su corazón. Y con él, se cerró el último capítulo de la historia del rey de la farándula y la crónica roja. Henry Holguín Cubillos, un caleño de nacimiento, pero guayaco de corazón fue el soberano del sensacionalismo en Ecuador.

Pero esto no tiene la intención de convertirse en una apología al hombre que dirigió “El Extra” por 25 años. Se trata más bien, de un abrir los ojos y la mente, para todos aquellos que piensan y, es más, aseguran que la sangre y el sexo en la prensa son una ofensa para la sociedad. Pues es común escuchar en las calles, en las oficinas y hasta en las aulas de las facultades de comunicación que periódicos como “la Extra”, así la llama la mayoría de gente, son un falso reflejo de la sociedad ecuatoriana. Y me parece raro que sea así, cuando se trata del medio impreso más vendido del país.

Es que cuando el “Verdugo” llegó a dirigirlo, estaba al borde de la quiebra, con tan solo 5000 ejemplares en circulación. Hoy en día, se imprimen 380.000 ediciones que llegan a subir a 450.000, cuando la chica del lunes sexy está más bonita que de costumbre. Porque aunque usted no lo crea, “la Extra” es el periódico del pueblo. Y con pueblo no me refiero a la masa de empleadas, taxistas y albañiles, sino a todos los ecuatorianos. Porque por más que traten de ocultarlo, esos burócratas que se la dan de pelucones, esos maestros de comunicación de la vieja guardia y hasta los literatos andan robando uno que otro ejemplar de “la Extra” a los guardias, conserjes y choferes que trabajan con ellos.

Y muchos se preguntarán cómo, si lo único que hace es sacar fotos de muertos, historias insólitas y mucho chisme de la farándula criolla. Pues justamente por eso. Ya lo dijo Henry Holguín en una de sus entrevistas que el truco es hacer a la noticia interesante: poniendo signos de exclamación, letras grandes, fotos llamativas, colores y sobre todo encontrando ese giro especial de la historia. Y “la Extra” lo hace; a pesar de que sus noticias parezcan sacadas de un libro de fantasía, son reales, confirmadas con fuentes y hasta documentadas con fotografías. La única diferencia: su estilo de contarla.

Uno que los convirtió en los reyes de la prensa escrita, pues mientras los demás periódicos luchan por ser leídos, a este se lo arranchan de las manos. Y es porque la gente se identifica, se sienten cercanas a la información. Y más que todo, porque les gusta lo que “la Extra” les ofrece. A los ecuatorianos nos gusta la vida ajena, las historias truculentas y las imágenes macabras. Por más que tratemos de negarlo y no compremos “la Extra” todos los días, al menos le damos una ojeada cada vez que podemos. Así que sí, nos gusta, nos llama la atención y por eso lo hemos convertido en el ícono que es.

Y hoy que “el Verdugo” se ha ido y las páginas de su periódico se tiñen de esa muerte que él tantas veces retrató, todos están a la expectativa de que el símbolo de la prensa rosa y la crónica roja siga levantando polvareda y hasta compitiendo con los programas de farándula, ahora conducidos por quienes años atrás fueron sus pupilos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario