Hace una semana terminó el evento más
importante en el mundo de la moda: New York Fashion Week y como ya es
costumbre, nombres como Zac Posen, Marc Jacobs y Roberto Cavalli brillaron en
las largas pasarelas. No es de sorprenderse, pues con tantos años de
experiencia, estos atéliers captan el “je ne sais quoi” que ni las mismas
mujeres sabemos “qu’est ce que c’est”. Y la mayoría de nuestros gurús son
italianos, franceses, ingleses y hasta turcos. Pocos latinos. ¿Qué será que los
latinoamericanos no entienden a las mujeres? Por lo visto no, pues hasta el
momento solo la señora Carolina Herrera parecería haber encontrado el “quoi”
del asunto.
Aunque al parecer esta mala racha está
por terminarse, pues la inspiración al fin tocó Latinoamérica y, en especial,
México. Este país es la nueva meca de la moda, desde que diseñadores como Eduardo
Lucero, Héctor Terrones, Louis Verdad y Maya Hansen se abrieron paso. Y lo
impactante de sus colecciones son su fuerza y firmeza que logran ese tan
ansiado “make a statement in fashion”. Pero cómo no hacerlo, si ese “México
lindo y querido”, en sí mismo, encierra el poder de estos grandes diseñadores.
Tanto así que Terrones, Hansen y Lucero son sinceros al declarar que ellos se
inspiran en su país y su historia para crear y encontrar el “je ne sais quoi”
de la moda femenina.
Y esto se vuelve transparente, cuando
Maya Hansen en su última colección presenta a la muerte como actriz
principal. Este personaje atraviesa
México, desde la conquista de Tenochtitlán hasta la matanza más reciente y
atroz que sufrió este país. Cuando un 02 de octubre de 1968, en la Plaza de las
Tres Culturas en Tlatelolco, el gobierno arremetió en contra de la
manifestación universitaria. Cientos de muertos y miles de heridos marcaron
definitivamente a los mexicanos que, hasta ahora, reclaman la impunidad de los
hechos cometidos. Y por ello las blusas, camisas y vestidos que se vieron en la
pasarela de la última colección de esta gran diseñadora tenían calaveras,
esqueletos y demás. Pues si bien es una forma de celebrar este momento
trascendental dentro de la concepción del mundo espiral mexicano, no cabe duda
que la muerte en el país del norte es parte fundamental de los artistas.
Y así mismo es como Héctor Terrones,
otro de los grandes mexicanos, plasma los colores de la muerte en sus
colecciones. El rojo, tono esencial en sus prendas, que bien podría ser toda la
sangre derramada en Tlatelolco. El negro, un luto del mismo ser escindido que
es el mexicano y hasta el blanco, color que llevaban los manifestantes del 02
de octubre en sus guantes. Pero todas estas características se traducen en
fortaleza. Pues ha sido esta cruel historia de sus raíces, su corazón, como aquella
vivida en Tlatelolco, la que convierte a los nuevos fashion gurús mexicanos en
“somebody to be watch out”, pues podrían ser la nueva revelación en la pasarela
Mercedez Benz del año entrante.
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